La indefendible defensa de Televisa y el PRI - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

viernes, 7 de septiembre de 2012

La indefendible defensa de Televisa y el PRI

NOTA: Como de costumbre, aclaro que no pretendo hablar a nombre del #YoSoy132, en cuyos eventos he participado ocasionalmente, sino sólo por mí mismo.



Como si para querer un país mejor fuera necesario carecer de pajas en los ojos y ser intachablemente virtuoso, los enemigos del #YoSoy132 lo observan con lupa en busca de los más mínimos defectos e incongruencias en cualquier persona que se diga formar parte del movimiento que le perdonarían a cualquier otra persona o grupo, y cuando los hallan parecen creer que eso basta para invalidar toda la lucha, todas las exigencias y todos los argumentos. Como si al “perder” el 132, por “default” ganaran Televisa y el PRI, y todo lo que han hecho y hacen fuera legal, moral y bonito.

Pero fuera de las críticas simplonas de siempre al 132 (no es realmente apartidista, no sabe a dónde ir, es intolerante, está manipulado por AMLO, y etcétera) que ya hemos discutido antes (aquí, aquí y aquí), y que puedo comprender por las preferencias políticas, el sesgo ideológico o la desinformación de quien las enuncia, lo que me parece inaudito por su cinismo e hipocresía es el discurso de quienes defienden a Televisa y al PRI ante las críticas del 132 (y de otros muchos grupos y personas que han estado haciéndolas desde hace tiempo). Que se nieguen las acciones corruptas de Televisa y el PRI es una necedad, pero que se defiendan es una indecencia y que se diga que éstas fueron las elecciones más limpias de la de historia de México es un insulto. El propósito de esta entrada no es ya defender al 132 (ni mucho menos a AMLO), sino demostrar que las críticas contra Televisa y el PRI no sólo son válidas sino necesarias (ya había abordado uno de esos "argumentos", aquí).

¿Por qué estar en contra del PRI? Un activista a favor de la equidad racial no puede sino repudiar a un grupo como el Ku Kux Klan, y de la misma manera (salvando las diferencias, claro está) un grupo que se manifiesta a favor de la democracia no puede dejar de repudiar al PRI. Pues en realidad PRI no es un partido como cualquier otro, ni siquiera uno especialmente corrupto. No nació como partido político, es decir, no surgió como un grupo de personas con intereses e ideología en común que se propusieran a conquistar el poder democráticamente y llevar a cabo tales o cuales proyectos. El PRI nació como una herramienta del grupo que ya estaba en el poder para controlar los diferentes sectores de la sociedad. Por eso nunca podrá ser un partido democrático, porque su único ideal es tener el poder.


Sí, existen muchas personas que votan por el PRI y no son ni idiotas ni corruptos. En mi opinión, sólo están equivocados (pero ése es sólo mi punto de vista). Incluso estoy seguro de que existen personas dentro del PRI que son muy honestas y creen que desde adentro pueden hacer un cambio positivo. No es a esas personas a las que se pretende atacar u ofender cuando se repudia al PRI como institución. Después de todo, ha habido gente de lo más decente hasta en los grupos e instituciones más despreciables.

¿Intolerancia? Debemos ser tolerantes y respetuosos con las personas que piensan diferente a nosotros. Pero no tenemos que tolerar las acciones corruptas que dañan al país y destruyen la democracia. No tenemos que tolerar las mafias políticas porque no se tratan solamente de personas con objetivos o formas de pensar diferentes a los míos, sino de grupos, como una asociación criminal, como el Ku Kux Klan, como un colectivo neonazi, cuyo triunfo significaría el debilitamiento de la democracia, y la pérdida de los derechos y libertades de las personas.

Por ejemplo...

Y mientras al #YoSoy132 se le acusa de ser intolerante y difundir el odio, más y más evidencias que vinculan a Enrique Peña Nieto o a sus correligionarios con escándalos políticos y hasta con el crimen organizado, surgen casi todos los días (dos obvios ejemplos, aquí y aquí).

Se pretende defender a la “instituciones” de los ataques de quienes “quieren destruirlas” (por ejemplo, aquí). Pero las instituciones no deben ser un fin en sí mismas; si no cumplen con el propósito para el que fueron creadas deben ser cuestionadas, criticadas y en su debido momento, reformadas o sustituidas. Defender a toda costa instituciones ineficientes o corruptas no ayuda a la democracia. Los que dicen defender las instituciones hacen parecer que quienes las critican quieren destruirlas por completo y en su lugar establecer un régimen en el que un caudillo o la masa gobiernen por decreto. Plantean un falso dilema en el que debemos aceptar un conjunto de instituciones corruptas sin criticar ni denunciar, porque de lo contrario sobrevendrá la anarquía y el caos. Nada más lejos de la realidad: lo que queremos es que las instituciones sirvan a la democracia en realidad, no sólo en apariencia, pues, como ya lo había advertido Aristóteles:


He escuchado un viejo argumento contra el #YoSoy132 y en general contra los que denunciamos del poder de los medios masivos de comunicación y su capacidad para manipular la opinión de las personas: nos preguntan si acaso creemos que toda la demás gente es demasiado estúpida como para dejarse manipular y que nosotros somos tan chingones que somos los únicos inmunes a la manipulación. Bien, no puedo hablar por todos, pero en mi caso la respuesta es SÍ. Pero hay que matizar.

¿Soy más inteligente que las personas que se forman una opinión a través de Televisa y TV Azteca? No lo sé, lo más probable es que no, pero sí sé que tengo más conocimientos, que estoy más consciente y que he desarrollado mejor mi capacidad de usar el pensamiento crítico, y que eso me da las herramientas para resistir manipulación mediática, de la misma manera en que el conocimiento y el pensamiento crítico me hacen resistente a la manipulación de los merolicos esotéricos o de los sacerdotes de las religiones organizadas.

No es que yo sea más chingón, ni que los demás sean inferiores. Es que vengo de una posición privilegiada, de una familia que me proveyó de la mejor educación disponible, de una casa en la que había libros. Sé que tengo privilegios que muy pocos poseen, pero en vez de sentirme culpable por ello, como quieren los críticos del movimiento, uso esa posición de privilegio para tratar de contribuir algo valioso para la sociedad, a través de mis críticas.

No, no creo que la gente común sea estúpida. Estoy seguro de que las personas es posiciones económicas más desafortunadas que la mía tiene muchos conocimientos, sobre todo experiencia de vida, que yo ni siquiera me imagino. No estoy para darles cátedra sobre su díficil situación. Pero sí tengo, en cambio, otros conocimientos, conceptos y nociones que muchas de esas personas no poseen, precisamente porque no han tenido la oportunidad de adquirirlos y desarrollarlos en particular cuando se habla de ciertos temas concernientes a la política y a los medios de comunicación.

Cuando los críticos de quienes critican a los medios recurren a este argumento, en realidad están usando la falacia de la arrogancia. Si el argumento de una persona implica que esa persona está insinuando ser más lista que otros, el sofista en cuestión atacará por ahí: “lo que dices no puede ser cierto, porque eso significaría que eres más inteligente”, y como a nadie le gusta que una persona pretenda ser más lista que los demás, tal revire pueden provocar que quienes lo escuchan rechacen su argumento, o que el mismo que lo propuso se retire avergonzado. Pero podemos ver fácilmente que esto es un ardid discursivo y no argumento: claro que una persona puede ser más inteligente que muchas otras o, por lo menos, estar en lo correcto en algún punto mientras las demás están equivocadas. Los que defienden a Televisa y al PRI son expertos sofistas, pero aún no he descubierto si es por maliciosos o por estúpidos.


A veces algunos reviran que medios como Proceso, La Jornada o el noticiero de Carmen Aristegui son claramente inclinados a AMLO, y que de ellos nadie se queja. Aquí nos enfrentamos a dos falacias lógicas: una es conocida como “red herring”, en la que se trata de desviar la atención de lo que se discute para caer en otro tema; la otra es conocida como “tu quoque” y consiste en acusar a una persona de lo mismo que esa persona acusa, apelando a la vergüenza para acallar los argumentos del otro. Aún así, hay varios puntos que vale la pena matizar.

En cuanto a Carmen Aristegui, yo la he escuchado casi todas las mañanas desde hace varios años y aunque ciertamente se esfuerza en presentar información negativa, primero sobre el gobierno de Calderón, y después sobre el PRI de Peña Nieto, nunca le he escuchado emitir opiniones subjetivas favorables o desfavorables de ningún actor político: se limita a presentar la información tal cual, y a lo mucho podría acusársele de omisión, al no presentar tanta información igualmente desfavorable de los políticos de izquierda (que la hay, pero ningún partido tiene una historia como la del PRI).

En cuanto a La Jornada y Proceso, sería descarado negar que estas publicaciones se inclinan claramente hacia la izquierda. Pero sus parcialidades son producto de la convicción ideológica, no de chanchullos ni pactos con el diablo. Si Proceso expresa una ideología de izquierda no es para meterse en el bolsillo a funcionarios y legisladores que le aseguren exenciones fiscales, o que les permitan concentrar el mercado, o mantener un monopolio casi absoluto, o que les den jugosas concesiones. Ninguno de los dos tiene una telebancada, y no existe una Ley Proceso, ni una Ley Jornada, pero sí una Ley Televisa. 


Ninguno de estos medios tiene el alcance ni la omnipresencia de Televisa: sus parcialidades y sesgos, que los tienen, no llegan a tantas personas. Quienes consultan Proceso o La Jornada, lo hacen por decisión consciente, y se tienen que tomar el trabajo de ir a buscarlos al estanquillo (o buscar en Internet) y elegir entre las diversas opciones que ahí se ofrecen, mientras que el que se "informa" a través de Televisa, lo hace porque ésta llega a huevo hasta la sala de su casa.

Además, quienes llegan hasta medios impresos como Proceso o La Jornada, y también a medios “de derecha”, como Reforma o Letras Libres, tienen por lo general un mínimo de conocimientos previos y competencias lectoras que no suelen ejercitar quienes se limitan a informarse mediante la televisión, de la misma manera en que muchas capacidades cognitivas están por lo general más desarrolladas en quien lee grandes novelas que en quien ve telenovelas.

Por lo mismo, por lo general quienes se acercan a los medios impresos o digitales, tienen mayor criterio para discernir entre la información y la basura, además de que no suelen quedarse con uno solo y pueden complementar la información recibida con muchos, pues tienen una gran variedad de opciones. Yo, por ejemplo, sigo en Internet tanto a La Jornada y Proceso como a Letras Libres (a Reforma no, porque cobra) y a muchos otros. Quizá no todos traten de hacerse de un panorama amplio, pero las opciones allí están.

Quien sólo tiene televisión abierta, se queda únicamente con la visión de las dos grandes televisoras.  Y sí, es cierto que existen multitud de cadenas locales en los estados de la República, pero éstas se limitan a retransmitir o imitar los contenidos de las dos grandes cadenas, por lo que no constituyen una alternativa real. Argumentar que existe competencia porque hay televisoras locales es o una ingenuidad o una burla cínica.


Finalmente, ninguno de esos medios impresos tiene un poder tal que le permita comprar políticos. Tan es así que ahora mismo el gobierno federal, en aparente contubernio con Televisa, estuvo presionando a MVS para que saquen a Carmen Aristegui del aire (aquí). Mientras, hay quienes acusan de intolerantes y de esparcir el odio a quienes exigen a las dos grandes televisoras que tengan tantita ética y presenten información veraz, completa y lo más objetiva posible.

Otro argumento estúpido que se esgrime constantemente va algo así como "¿Manipulación? ¿A poco los obligan a ver televisa?". No, güey, a nadie le ponen una pistola en la cabeza, eso sería coerción, no manipulación. Lo que hacen las televisoras es tratar de persuadir a las personas de sus propias posturas (que coinciden casi siempre con las del poder político, a menos que vayan directamente contra los intereses empresariales, como la querella entre Televisa y los partidos por la reforma electoral), y para ello recurren a información sesgada, incompleta o de plano falaz y estrategias discursivas sofísticas y maliciosas.

No, tampoco creo que todos los que no son 132 sean títeres fácilmente manipulables a los que sólo haya que decirles "vota por tal" y lo hagan. Por lo general, si no hay coerción ni presión, las personas toman sus decisiones de forma individual y pensando en su beneficio (aunque la teoría libertariana del actor racional ya está más que descartada). Pero las personas toman sus decisiones con base en la información que poseen, y cuando la información que han recibido es incompleta, sesgada, o de plano falsa (como la que ha difundido Televisa en su campaña a favor de Peña), es de esperarse que las personas tomen decisiones equivocadas sin saber que lo son. Si eso no es manipulación, por lo menos es desinformación, y es algo reprobable.

Hay quien defiende el derecho de Televisa a negociar con el PRI, o con quien quiera, para favorecer a un candidato y asegurar así cuantiosas ganancias. Después de todo, son una empresa privada y tienen derecho a perseguir el lucro. Además, el pretender controlar los contenidos de esta empresa, como quieren hacerlo los del #YoSoy132 sería propio de una dictadura, ¿no?

Aquí nos ponen una falacia más, el falso dilema que se plantea de esta manera: debemos permitir que las corporaciones hagan y deshagan a su antojo y permitiendo sus intereses, sin importar el poder que lleguen a tener, o de lo contrario nos veremos atrapados en una dictadura comunista. Pero no es tan simplón como lo plantean.

Los antiguos atenienses practicaban algo llamado ostracismo, que consistía en expulsar de la ciudad a los habitantes que lograran acumular demasiadas riquezas. ¿Por qué? Porque sabían que cuando un individuo o grupo particular adquirían demasiado poder económico, la democracia se ponía en peligro. ¿Cómo? Simple: tal individuo o grupo podía usar ese poder para manipular la política en su beneficio, eliminando efectivamente la democracia. Los atenienses no les quitaban a estos plutócratas un óbolo de su fortuna, sólo los mandaban a vivir a otra parte.

Claro que tal práctica sería indeseable y hasta barbárica en nuestra sociedad actual, pero no se puede ignorar lo que los griegos sabían hace más de dos mil años: que la riqueza excesiva acumulada en pocas manos pone en peligro a la democracia. Televisa tiene demasiado poder, demasiada riqueza, a un nivel que no pueden ser regulados mediante las sagradas leyes de la oferta y la demanda, de la misma manera en que el sufragio no podría derribar a una dictadura que ya está establecida y consolidada. Tienen que existir mecanismos que controlen el poder que tienen las televisoras para manipular a la población, para comprar políticos, para presionar a funcionarios, para eliminar a la competencia. No es que una corporación no deba tener derecho al lucro, es que su derecho al lucro no puede estar por encima del derecho de los ciudadanos a vivir en una democracia verdadera.


Siendo sinceros, debo admitir que yo no tengo idea de cómo deberían funcionar esos mecanismos (y por lo que he escuchado y leído, nadie en el 132 la tiene), y también comprendo a quienes temen que el darle a una institución o grupo el poder de regular los contenidos de los medios de comunicación abre las puertas a la censura y la opresión. Pero no por tratarse de un tema complicado debe sencillamente descartarse, pues ésa es la solución de los perezosos y los conformistas. Es un asunto que debe analizarse y discutirse a profundidad, y eso es precisamente lo que el #YoSoy132 ha logrado: ponerlo en la mesa de discusión. Lo que quieren sus adversarios es guardar el tema otra vez y no volverlo a sacar jamás.

Volviendo a los sesgos y parcialidades de otros medios de comunicación, no se trata de decir que estén bien. Por ética profesional los periodistas deben presentar la información de la manera más verás, completa e imparcial posible; aunque ninguna ley les obligue, deben hacerlo por decencia. Que la neutralidad absoluta sea inalcanzable no es pretexto para tener favoritismos descarados. Eso es precisamente lo que reclama el #YoSoy132, y si sus reclamos se han centrado en las dos grandes televisoras es porque éstas, como ya se ha dicho, son las que tienen mayor capacidad de hacerle daño a nuestra sociedad.


Lo que no es aceptable es que nos quieran convencer de que hacer tratos para favorecer a un político en los medios no tiene nada de malo, que ofrecer monederos electrónicos para ganar votos tampoco tiene nada de malo, que la cobertura favorable de Televisa a Peña Nieto no es desinformación, que nos digan que estas elecciones han sido las más limpias en la historia del país… Si seguimos así pronto se nos querrá convencer que patrocinar a un legislador para asegurar políticas benéficas a quien lo financia es algo completamente legal y buena onda.

Sí, es cierto que estas cosas hace mucho que suceden en la práctica, pero por lo menos la poca decencia y dignidad que le quedaba a este país obligaba a que esto se tratara de negar o disimular; ahora corremos el riesgo de que nos hagan aceptarlas como parte ordinaria, e incluso deseable, de toda democracia. Ése es el mayor peligro, uno que no podemos ignorar, y por eso hay que mantener estas críticas presentes y estos temas abiertos en el Ágora de nuestra sociedad. Si dejamos que sean encajonados de nuevo, podríamos perder la oportunidad de volverlos a poner sobre la mesa.


Esta entrada forma parte de la serie Crónica de una transición, sobre las campañas y elecciones presidenciales de 2012 y los movimeintos sociales a su alrededor. 

11 comentarios:

Mariana dijo...

y todo lo que ha pasado solo comprueba una cosa:

el pri NUNCA ha cambiado, NUNCA...siguen siendo los mismos HDP de siempre...

buen post, ego, como todos...

pd: y después de esto me cae que no vuelvo a votar en lo que me queda de vida >:[

Sombrerudo dijo...

Yo creo que enfocaste mal el problema de los medios.

Tienes razón, el derecho a la información veraz y a la democracia es mayor que el derecho de Televisa a lucrar. Si, pero no necesariamente están en conflicto; ese es un falso dilema.
La intención última de Televisa es lucrar, no violentar la democracia. La intención última de las protestas es una democracia más justa, no que Televisa deje de lucrar. El problema es que lucra con la desinformación y el pacto con gobernantes. Televisa es beneficiada al ser un monopolio y poseer el mayor medio de información en México. Los políticos tienen que pagar tanto como el osito bimbo para ser tan famaosos como él. Los más autoritarios del PRI ven el monopolio con buenos ojos, ya que implican UN solo medio al que controlar. Una televisora para gobernarlos a todos, una televisora para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.

Políticos como AMLO que se han visto en la necesidad de negociar con televisa, lo ven con malos ojos, pero se someten de igual manera. Televisa tiene poder no por ser televisa per se, si no por ser el unico medio de llegar al ciudadano promedio. Ahora, no es por el hecho de ser poderosa por lo cual debe arrojarse a Emilio Azcarraga al monte del destino. En esta entrada manejas la tesis de que los contenidos televisivos deben ser regulados en pro de la democracia. Tienes razón en que televisa daña a la sociedad, pero no creo que se necesiten más organismos regulatorios al respecto. Hay una clara diferencia entre lo que hace proceso o reforma, con una sana linea editorial, al gigantesco sesgo y censura de televisa. Pero la diferencia no está en tamaño. No porque uno sea grande es malo y uno pequeño, al ser inocuo, es pasable. No. Las diferencias existen en un caracter ético periodistico que no necesitan mayor regulación que la ya presente: derechos de replica, etc. El reclamo debe ser el cumplimiento de las leyes ya vigentes. Las otras necesidades (información veraz) pueden cubrirlas otros medios.¿Pero que otros medios si la ley los prohibe?

La ley televisa concede el espectro de difusión a solo dos televisoras, cuyos intereses son similares. Sus concesiones se renuevan por arte de magia y no hay subastas para concesiones de otra compañia a nivel nacional. Esto es una competencia injusta, que violenta el libre mercado (ironia: esto va en contra del neoliberalismo, que promueve el libre mercado). Son concesiones ya que la señal no es, ni puede ser, propiedad de un partícular. Acorde al artículo 27 de la constitución, es propiedad de la nación. Y acorde al artículo primero, que prohibe toda discriminación, todos deberíamos de poder acceder a una concesión del espectro radiodifusor (si tuvieramos el dinero suficiente para comprarla). Pero incluso carlos slim no puede poner una televisoa, porque no dan más concesiones que las ya existentes, y estas se renuevan automaticamente para las mismas empresas.
La ley televisa, pese a ser anticonstitucional, sigue vigente. La misma fue desarrollada por la telebancada de televisa. Por atacar de manera directa a la constitución y a la democracia, así como el uso indebido de un bien público de la nación, televisa puede y debe ser juzgada.

No hace falta ningún organismo "censor", hace falta competenia. Es un gasto innecesario de energia callar a televisa, u obligarla a hablar en otros casos, cuando bien podríamos tener otras tres cadenas que lo hagan por el fin de lucrar. Ese es el sentido del libre mercado, y yo creo en harvey dent.

Sombrerudo dijo...

Para concluir: lo que los movimientos (cuales quiera) deben hacer en este momento es hacer valer el estado de derecho. El desconocimiento de la elección por una institución fallida (el IFE) no me parece un gasto de energia. Pero los esfuerzos deberían ser invertidos en explicar porqué las elecciones no fueron autenticas ni libres. Ahora, el TRIFE tiene jurisdicción TOTAL en las elecciones, es decir, puede investigar los delitos electorales. No lo hizo. Reto a los denunciantes a comprobar el hecho, como si fuera un conflicto entre particulares. Es como si te robaran y te vieras en la necesidad de capturar al ladrón y demostrar que él fue, sin que la autoridad mueva un dedo (situación muy cercana a la realidad, en más de un triste sentido).

En base a todo lo anterior:
1- Desconozco las elecciones, por el fracaso institucional.
2- Demando el cumplimiento de la constitución.
3- Propongo que se abran sendas invesitgaciones de lavado de dinero a todo ejecutivo de Televisa y empresas afines, así como militantes de cualquier partido.

Y el cuarto punto, que aparece aparte por prudencia, es que se nacionalicen a las empresas coludidas con el narco, y se subasten al capital privado mixto (capital nacional y extranjero) en proceso transparentes. Si de eso sale nacionalizar las instalaciones de televisa y convertilas en cuatro cadenas con diferentes dueños, no me opongo.

AAntonioRG dijo...

Que pensarías de un activista a favor de la equidad racial que apoya a un ex dirigente del Ku Kux Klan en su lucha contra el Ku Kux Klan? Y si ademas este ex dirigente del Ku Kux Klan esta al frente de un movimiento formado por ex miembros relevantes del Ku Kux Klan que pensarías de la conducta de dicho activista? Este activista es #Yosoy132.
Afirmar que La Jornada y Proceso son parciales por convicción y no por dinero es idéntico a decir que Televisa esta del lado del PRI por convicción,solo es cosa de ver quienes son los mayores anunciantes de Proceso y La Jornada para darse cuenta que tanta es la convicción, en lo personal no veo nada de malo en que esas tres empresas cuiden sus intereses económicos, al final los consumidores tenemos la ultima palabra.
Televisa no llega a huevo a ninguna casa, así como una persona libremente acude a comprar Proceso también las personas libremente seleccionan en sus televisores los canales y programas de televisa,es gracias a la libertad de elección que la basura de TVAzteca y TELEVISA tienen mas audiencia que los programas de los canales 11 y 22 en los lugares donde todas estas opciones son gratuitas.
" La Eterna vigilancia es el precio de la libertad." La sociedad debe ser critica con todos los Gobiernos sin importar colores o simpatias,con todos los medios sin importar ideologías.

Maik Civeira dijo...

@arg: Ni el Peje está al frente del 132 ni el 132 está conformado por ex-priistas, ésa es sólo una mentira que se repite ad nauseam. Por mí, el Peje puede retirarse a su rancho de nombre tan bonito.

"Afirmar que La Jornada y Proceso son parciales por convicción y no por dinero es idéntico a decir que Televisa esta del lado del PRI por convicción," No, no lo es.

"no veo nada de malo en que esas tres empresas cuiden sus intereses económicos, al final los consumidores tenemos la ultima palabra." Sí hay algo de malo, y mucho, si se pone en peligro la democracia. ¿Los consumidores tienen la última palabra? No, hace mucho que el poder de Televisa rebasó cualquier control por parte de los consumidores mediante la ley de oferta y la demanda.

"es gracias a que la basura de TVAzteca y TELEVISA tienen mas audiencia que los programas de los canales 11 y 22 en los lugares donde todas estas opciones son gratuitas."

A la mayoría del país no llegan esas ofertas, y las televisoras locales retransmiten o imitan a Televisa, quien por cierto ha tenido décadas de ventaja moldeando el gusto de la gente en este país.

Maik Civeira dijo...

@Sombrerudo: En este punto de la historia sí están en conflicto, toda vez que, como dices, la manera en que lucra Televisa es precisamente mediante la desinformación y tratos sucios. No quiero que Televisa deje de lucrar, sino que lo haga de forma honesta.

Sobre lo demás, si relees la entrada, te darás cuenta de que hay pasajes en los que verás que a fin de cuentas coincido contigo.

AAntonioRG dijo...

Parece que no leiste bien mi comentario,trate de utilizar tu ejemplo del activista y el Ku Kux Klan, #Yosoy132 son lo mismo que los Panteras o los Panchos Villa, un grupo que apoya a un ex dirigente Priista (AMLO) rodeado de un equipo de prominentes ex Priistas en su lucha contra el PRI.
La Joranada y Proceso son empresas mercantiles,tienen un mercado especifico y venden lo que sus clientes quieren comprar, tienen una linea editorial que agrade a sus anunciantes que son principalmente el Gobierno del DF y los gobiernos de los estados gobernados por ex Priistas que hoy se dicen de izquierda.Lo que motiva La Jornada y a Proceso no es la convicción es el dinero exactamente igual que a TELEVISA, basta ver como tratan estos dos medios las noticias que no son agradable a la Izquierda idéntico a lo que hace TELEVISA con las noticias que involucran a sus patrocinadores políticos y económicos.
Los consumidores seguimos teniendo la ultima palabra, ¿como se puede explicar razonablemente que en el DF TELIVSA tenga la mayoría de la audiencia al contar con 4 canales en una sola ciudad y aun así el PRI no gana prácticamente nada? antes de utilizar el falso argumento de la escolaridad chilanga hay que recordar que asistir a una escuela y educarse no es lo mismo.
La señal de los canales 11 y 22 no llega a todo el país pero a donde si llega la gente voluntariamente prefiere TELEVISA y TVAzteca, eso derrumba el mito que TELEVISA entra a huevo a las casas de los Mexicanos.
Todos sabemos el daño que el tabaco provoca en la salud aun así hay mucha gente educada e informada, científicos incluidos que fuman tabaco,lo que los Mexicanos decidimos consumir o que conducta seguir lo hacemos siempre de manera libre y voluntaria, no existe ninguna fuerza maligna moldeando el cerebro de nadie.

Sexto Empirico dijo...

Yo creo que lo que hace falta es un movimiento -¿el 132?- que obligue al gobierno a dar concesiones televisivas a más grupos. Las telvisoras y los demás medios son empresas legales y tienen derecho a lucrar, si quieren lucrar haciéndonos ver ficcción en vez de noticias, son libres de ello.

Nosotros siempre seremos libres de no ver sus ficciones.
No existe nada como la imparcialidad total ni el objetivismo puro. Así creo que la única opción es dividir el mercado de las televisoras para que sean más los grupos poderosos -y digo poderosos porque a los no poderosos como yo no nos alcanzará nunca para adquirir y mantener una cadena televisiva- con la oportunidad de decir lo que quieran.

Esa es la mejor solución que se me ocurre, no es perfecta, pero creo que actuará conforme a la democracia. Algunos medios se aliarán con el PRI, otros con el PRD y otros con el PAN, otros más encontraran su negocio en informar a aquellos que no están casados con ningún partido, otros seguirán idelogías de izquierda y otros más de derecha. Tal cómo ocurre con los periódicos y las cadenas de radio.

Y definitivamente creo que sería un error darle al gobierno -¿Más?- poder para decidir que sale y que no sale en lo medios.
Pero eso es solo lo que creo, no se que sea lo mejor.

Sexto Empirico dijo...

Y una cosa más: ¿Estamos mejor informados porque tenemos acceso a más medios o será que tenemos acceso a más medios porque tenemos el interés de estar más informados? Después de todo poco menos de la población del país es considerada clase media y, según entiendo ese término, debe de tener un poder adquisitivo suficiente como para comprar periódicos o ir, cuando menos, al café Internet periódicamente. Si el 50 por ciento de la población estuviera informada e interesada en cambiar la situación no habría televisora que pudiera detenerla. Tal vez todo es cuestión de intereses.

Anónimo dijo...

si muy de acuerdo en todo lo que dices, es cierto por eso nunca votaria por el pri pero de eso a creer ilusamente que la jornada o proceso no hacen negocio con los gobiernos izquierdistas en cosas de publicidad o cosas asi, pos no. Igual y hubieras dicho que no te consta pero ya negarlo tan rotundamente creo que fue un error.
No está bien pero TODOS los medios tienen sus bisnes que televisa tiene mas que otros es cierto. Pero todos nadan en esa porqueria.

Maik Civeira dijo...

A todo, de acuerdo, pequé de ingenuidad: sí hay chanchullos entre los medios con tendencia izquierdosa y los políticos de izquierda, pero también hay convicción ideológica, por lo menos al nivel de sus colaboradores, reporteros, columnistas y analistas.

Tampoco quiero que haya poderes que censuren el contenido de los medios, y creo lo que el #YoSoy132 exige a Televisa es que tenga un poco más de decencia. Lo que sí debería ser regulado, son los tratos que hace Televisa con partidos y gobiernos en detrimento de nuestro derecho a la información y a tener representantes electos que trabajen para los ciudadanos, no para el mejor postor.

Insisto: la mayoría no de los mexicanos no tienen más opción que ver Televisa, y los que sí la tienen,han sido moldeados por décadas de Televisa. Si los consumidores tienen la última palabra, entonces hay que hacerles ver el daño que para su mente y su sociedad implican los contenidos de esta televisora. En ese sentido, quizá el #YoSoy132 pueda servir para espabilar a la gente... No lo sé. Como dije, es una cuestión complicada, pero lo importante es que se discuta, justo como nosotros lo hacemos ahora.

Una cosa más: No, el #YoSoy132 no es un grupo pro-AMLO. Lo han querido capitalizar, y como van las cosas, admito y temo que corre el peligro, al dejar de ser un movimiento espontáneo y convertirse en uno articulado, de pasar a ser otro movimiento cooptado por el corporativismo. Pero ni en origen, ni en escencia, el 132 es pro-AMLO; si empieza a serlo, dejará de ser 132.

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