¿Por dónde empezar? Bueno, habría que reconocer algunas cosas: los gobiernos ocultan información y mienten a menudo. Lo sabemos por lo que nos ha enseñado la historia y porque constantemente salen a la luz formas en las que nos han estado engañando. Es natural y muy sano desconfiar de las autoridades, y más cuando uno vive en un país como México, con un historial de corrupción gubernamental y autoritarismo que haría ruborizarse a los Lannister. De la misma forma y por los mismos motivos es natural y muy sano desconfiar de las corporaciones, las iglesias y otras instituciones con poder político y económico. Sin embargo, eso no significa que todo lo que digan estas entidades sea mentira siempre y mucho menos que cualquier versión alternativa sea digna de crédito sólo porque contradice la "narrativa oficial".
Los verdadosos alardean de ser informadores libres e independientes, a diferencia de los "medios de comunicación oficiales", que trabajan para los poderes fácticos que controlan el mundo. El tema está también, por tanto, relacionado con el de los medios de comunicación y con nuestros criterios de veracidad y confiabilidad. Así pues, no podemos dejar admitir que muchas veces los medios de comunicación establecen alianzas con los grupos en el poder y que a menudo pertenecen a los mismos. En Estados Unidos es bien conocida la lealtad de Fox News al Partido Republicano, y su cobertura del mismo será siempre favorable, incluyendo elegantes lamidas de huevo a los gobernantes que surjan de ahí. En México Televisa y TV Azteca han sido aliadas históricas del poder; del PRI en su momento, luego del PAN y de nueva cuenta del PRI.
De todos modos hay algo muy importante que vale la pena aclarar y es lo que significa realmente la expresión "medios oficiales". Estrictamente hablando, serían los medios que pertenecen al gobierno mismo, es decir, que oficialmente hablan por él (como también podríamos hablar de, por ejemplo, la gaceta oficial del Colegio de Abogados de México o del Club de Fans de José José). Pero ése no es el caso; los principales medios de comunicación pertenecen a empresas privadas, algunos cuantos a gobiernos y otros tantos a instituciones públicas como las universidades o a ONG's.
Lo que pasa es que los verdadosos llaman "medios oficiales" a todos los medios que no son ellos mismos, desde el
New York Times hasta
Die Spiegel, pero que lo único que tienen de "oficiales" es que no los produce cualquier pelagatos en el sótano de su casa. Esto es porque los verdadosos se imaginan que todos estos medios pertenecen al poder que controla el mundo, un poder monolítico, unímodo e indivisible. Y es aquí cuando la cosa empieza a ponerse loca, porque los verdadosos conciben un mundo en el que casi todos los medios, casi todos los gobiernos, casi todas las instituciones y casi todas las corporaciones forman parte de un sólo grupo que lo domina prácticamente todo.
Esta idea resulta atractiva para las mentes a las que le gustan las cosas simples, pues le da a todo una explicación sencilla y expedita que, por más aterradora que sea, causa menos vértigo que el pinche desmadre caótico y absurdo que es la realidad; una en la que muchos y muy diferentes grupos e instituciones, con agendas y metas muy disímiles, compiten por muy diversos cotos de poder, hacen o deshacen alianzas, conquistan la hegemonía para luego decaer o permanecen en niveles de relevancia muy variados; y nadie ostenta el control absoluto sobre todo (pero ni de lejos). La teoría de la conspiración viene a sustituir la creencia en los dioses u otras entidades sobrenaturales por cuya agencia sucedían las cosas, y proporciona una falsa sensación de entender qué es lo que está pasando. Al aprender de historia y de política contemporánea podemos deshacernos de esa visión simplista del mundo y aceptar que es un lugar mucho muy complejo.
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"Nos controlan los resultados aleatorios de un sistema complejo" |
Pero no quiero clavarme con el tema de las teorías conspiranoicas en sí, ni con la psicología de la conspiranoia, que todo ello es como para escribir una enciclopedia (nota mental: hacer un wiki conspiranoico, sería divertidísimo). Si están interesados, les recomiendo volver más tarde a
este enlace. En vez de ello, volvamos a los verdadosos y el asunto de los medios de comunicación.
Una opinión simplista e ingenuota es que así como los medios de comunicación pertenecen a empresas privadas, entonces deben transmitir sólo los contenidos que a LAS empresas privadas les conviene que se transmitan. Pero el caso es que, si bien es cierto que las grandes corporaciones son hoy en día entes capaces de influir en los gobiernos de naciones, a veces de forma tal que hasta erosionan la democracia, tampoco hay que hacernos a la idea de que todas las empresas privadas están unidas en un mismo plan malévolo. Lo cierto es que hay muchas y muy variadas empresas de muchos tipos, y no necesariamente tienen los mismos intereses.
O sea, no porque un periódico sea propiedad de una empresa privada significa que por ello defenderá los intereses de cualquier otra empresa privada. Podemos ver
el caso del cambio climático antropogénico, una amenaza a la vida y el bienestar humanos mucho más grave y más real que las tonterías que alucinan los conspiranoicos. Empresas petroleras como Shell
lo niegan o desestiman el peligro, porque reconocerlo implicaría casi con seguridad reconocer también la necesidad de adoptar medidas que regulen la actividad petrolera, automotriz e industrial. El
New York Times y el
Washington Post son dos de los diarios más respetables del mundo, pues con todo y pertenecer ambos a sus respectivas empresas privadas, no por ello dejan de reconocer el consenso científico existente en torno a la realidad y el peligro que representa el calentamiento global.
A menudo grandes empresas han tratado de retener información que les sería perjudicial, como
las compañías tabacaleras con la relación tabaco-cáncer. Pero finalmente la verdad sale a la luz, porque aunque las corporaciones logren sobornar a algunas autoridades, a algunos científicos y a algunos medios, no pueden hacerlo con todos todo el tiempo. Como vimos en la entrada sobre
la conspiración que mató a tranvías, los complots, mentiras, mañas y trucos sucios, por parte de corporaciones o gobiernos, verdaderamente existen y han existido a lo largo de la historia. Pero también vimos que son siempre de una envergadura muy limitada en tiempo y espacio y que no tardan mucho en salir a la luz. Y cuando eso sucede, lo más probable es que nos enteremos todos por esos medios "oficiales", "comerciales" y "mainstream" en los que tanto se cagan los verdadosos.
Piensen, cuando Edward Snowden
reveló las mañas de la NSA para espiarnos a todos en línea ¿por dónde se enteraron de estos hechos? Cuando Chelsea (antes Bradley) Manning
filtró los archivos que relataban los crímenes de guerra cometidos en Irak por el ejército estadounidense ¿qué medios de comunicación cubrieron la noticia y la analizaron? Claro, Snowden tuvo que huir de Occidente y a Manning le ha ido de la chingada, pero la verdad no pudo ser acallada. O casos históricos, como el escándalo de Watergate, en el que el gobierno de Richard Nixon espíaba a sus rivales políticos. ¿No
fueron reporteros del Washington Post los que sacaron al descubierto este complot, lo cual llevó finalmente a la renuncia del presidente mismo?
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El británico The Guardian es uno de los periódicos más reconocidos del mundo, y cubre sin empacho las noticias de WikiLeaks y Edward Snowden, aunque no le convenga al gobierno gringo. Y así hacen otros tantos medios mainstream. |
Los verdadosos suelen incluir a las organizaciones internacionales, como la ONU, la OEA o la UE como parte del mismo poder siniestro que controla el mundo. Como si desde el Pentágono se dictaran todas las políticas de estas instituciones y todas las noticias que sobre ellas aparecen en los medios. Pero cuando al gobierno de Bush mintió descaradamente sobre las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía el régimen de Saddam Hussein (como burdo pretexto para invadir Irak),
fue la ONU la que envió inspectores a ese país, los cuales informaron, como muchos sospechábamos, que no había tales armas, y por supuesto fueron los medios comerciales los que nos dieron parte de esto. Al final Estados Unidos fue a esa guerra imperialista sin el apoyo de las Naciones Unidas.
En México, tratándose de
la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, la versión oficial (literalmente, la dada por el gobierno) ha sido puesta en duda por un reporte nada más y nada menos que de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, de lo cual supieron ustedes por diferentes medios bastante
mainstream y comerciales... ¿o se imaginan que
Proceso, Animal Político o
Aristegui Noticias son del dominio público? Para más inri, aquí la cobertura por parte otro de "esos medios corporativos que sólo trabajan para favorecer a la hegemonía",
CNN.
¿O se han puesto a leer las columnas de opinión o artículos de análisis político en los diferentes medios? Notarán cómo suele haber interpretaciones diversas y opiniones encontradas sobre la política y los políticos gringos, mexicanos o internacionales, muy a menudo con críticas muy duras. Conociéndolos sería absurdo pensar que existe un solo poder que dicta la línea editoral de todos ellos. Documentales como los de Michael Moore, tan críticos con el gobierno y la sociedad gringa, ¿no fueron exhibidos en las salas comerciales, no se pueden rentar en cualquier videoclub, no han sido premiados en festivales internacionales? ¿Creen que sería esto posible en un mundo en el que todo lo que publican los medios nacionales y mundiales es decidido por las altas esferas de un poder global monolítico?
De ninguno de esos chanchullos nos enteramos gracias a los conspiranoicos de Internet que "te dicen la verdadera neta que nadie más te cuenta", ¡ellos ni siquiera sabían! Obvio, porque de hecho los verdadosos no hacen investigación, ni nada que pueda llamarse periodismo ni en el sentido más laxo de la palabra, sino que se sientan frente a sus computadoras a hacerse chaquetas mentales y luego eyaculan sus pendejadas sobre el teclado. Pues sí, el proceso de
himbestigasión de los verdadosos consiste en leer cosas en Internet, hacer especulaciones muy fumadas, armar narrativas sustentadas en argumentaciones irracionales, tragarse cualquier rumor, bulo o leyenda urbana como evidencia y luego pasarse unos a otros sus conclusiones alimentando su sesgo de confirmación. Eso no tiene nada de pensamiento crítico, análisis ni investigación: como dije, son chaquetas mentales.
La ilógica de la conspiranoia tiene algunas falacias informales recurrentes (para una lista más completa de falacias, ejemplos y cómo encontrarlas,
léanse mi serie al respecto). Los verdadosos venden estos argumentos falaces como si fueran pruebas irrefutables de sus locas suposiciones.
Post hoc ergo propter hoc: Significa "después de, luego debido a" y se refiere a la falacia de creer que si un evento B sucedió después de un evento A, entonces A debe ser la causa de B. Como que si Peña Nieto se reunió con Mark Zuckerberg y días más tarde la página de Facebook de Carmen Aristegui sufrió unas fallas, entonces significa que en la reunión esos dos genios del mal acordaron destruir a Aristegui. Como pensar que si me pongo mis calcetas del Pato Lucas y ese día gano la lotería, entonces gané la lotería porque me puse mis calcetas del pato Lucas.
Falacia teleológica: Creer que todo tiene un propósito, y en particular creer que si un evento A tuvo como resultado una consecuencia B, entonces A se realizó
para que sucediera B. Si durante un brote de alguna enfermedad viral aumenta la venta de medicamentos, entonces el brote fue planeado adrede por las farmacéuticas
para vender medicamentos. Es como creer que si por la temporada de lluvias se venden más paraguas, entonces las compañías provocan la temporada de lluvias
para vender más paraguas.
Non sequitur: Tomar como prueba algo que no tiene nada que ver. Por ejemplo, sabemos que
el incidente del Golfo de Tonkin, pretexto de los Estados Unidos para invadir Vietnam, fue un embuste documentado y confeso; pero eso no significa ni es prueba de que todo atentado sufrido por Estados Unidos o sus aliados sea un montaje para entrar a una guerra. En el mejor de los casos puede ser motivo de una sospecha razonable, pero los verdadosos lo plantean como una prueba de que su teoría conspiranoica es cierta.
Explicación ad hoc: Es una explicación muy conveniente que no se puede comprobar ni desmentir por la naturaleza de la misma. Por ejemplo, decir que si no hay pruebas que corroboren mi teoría de la conspiración es porque la conspiración misma las ha destruido todas; o que si la misma conspiración no me ha callado y me sigue dejando publicar mis teorías en todas partes y hasta vender mis libros en los tianguis, es porque lo hace para guardar las apariencias y que todos crean que no hay conspiración. En fin, es como decir que tengo un tercer brazo, y si no lo ves ni lo puedes tocar es porque es invisible e intangible e indetectable por cualquier medio, de forma que es exactamente igual a que si no lo tuviera. ¡Pero no puedes probar que NO lo tengo!
A esas falacias se le suman algunos sesgos cognitivos que son comunes en los seres humanos, pero especialmente fuertes en los conspiranoicos (para aprender más de sesgos cognitivos,
checa mi par de entradas al respecto):
Pareidolia: Es la tendencia a descubrir patrones y significados en donde sólo hay estímulos aleatorios y hechos aislados. Desde descubrir el ojo de los Illuminati en todas las expresiones de la cultura pop, hasta pensar que cada acontecimiento importante del mundo forma parte de un mismo plan de los Illuminati para dominarlo.
Sobreatribución de la agencia y la intencionalidad: Es la tendencia a creer que si algo sucede es porque alguien lo provocó a propósito. Desde creer que si llueve es porque Zeus así lo dispuso, hasta creer que si un terremoto sacudió Japón es porque los Illuminati lo provocaron con su HAARP.
Cuando veas argumentos construidos de esa manera o que se basan en esas formas de pensar, puedes estar seguro de que estás leyendo basura y pasar de largo. Por ejemplo, podemos checar conspiraciones muy populares, como aquella de que la llegada del Apollo 11 a la luna fue un montaje elaborado por Estados Unidos para engañarnos a todos (ya fuera porque no tenían la tecnología para llegar a la luna o porque ahí encontraron cosas que se debían mantener en secreto, tipo extraterrestres y así), o aquella otra según la cual los mismos Estados Unidos se autoatentaron el 11 de septiembre de 2001.
Bien, no es imposible que el gobierno hubiera escenificado el alunizaje. Lo que es delirante es imaginar que en casi 50 años desde entonces ninguno de los que participaron en dicha conspiración (desde los funcionarios de gobierno, hasta el que debió ser un numeroso equipo de producción cinematográfica) lo haya revelado; que este complot haya logrado engañar a los gobiernos de todo el mundo (o que los gobiernos de todo el mundo estén coludidos en el complot), pues hasta la Unión Soviética reconoció la hazaña de la NASA; que el gobierno de Richard Nixon, que no pudo impedir que el
Washington Post descubriera sus chanchullos políticos, hasta la fecha ha logrado impedir que los medios
mainstream revelen sus maquinaciones lunares.
De la misma forma, podríamos preguntarnos cómo es que en un mundo en el que el gobierno gringo no puede evitar que un soldado filtre información sobre sus crímenes de guerra, o que un agente de la poderosa NSA revele los secretos de dicha agencia, de alguna forma es capaz de engañar o de incluir en su complot a todo mundo... a todos menos a los verdadosos, que ellos sí tienen la información confiable sobre la autoría de los atentados del 9/11.
Así pueden pensar en cualquier conspiración que a ustedes se le ocurra: gente que cree que los gobiernos ocultan a los extraterrestres, que el calentamiento global es un fraude, que los aviones dejan chemtrails para envenenarnos a todos, que los poderosos del mundo usan las vacunas para matarnos y reducir la población humana, que el Holocausto es un invento de los gringos sionistas y que todos los libros de historia mienten, que la Tierra es plana pero nos lo ocultan por motivos políticos...
Uno se pregunta cómo es que esos medios que sacan las corruptelas de los gobernantes, que revelan las investigaciones científicas que ponen en jaque a las corporaciones, que critican abiertamente a los personajes más poderosos del mundo, nunca dicen nada sobre esas otras conspiraciones que le quitan el sueño a los verdadistas. Éstos explican que lo que pasa es que todos los medios de todos los países, que todos los historiadores y los científicos de todas las instituciones, están bajo el poder de la malvada entidad que lo gobierna todo.
Es decir, para explicar por qué no se revela de una vez por todas cada complot, los conspiranoicos se inventan un complot aún mayor, tan grande, tan extenso, tan perfectamente bien planeado y ejecutado, obra de una entidad de poder tan absoluto e infalible sobre el mundo, que uno se pregunta para qué necesita montar complotitos en primer lugar, y cómo es posible entonces que sean los verdadosos con sombrero de aluminio los que los descubren (y que no hayan venido los hombres de negro a matarlos por ello).

Las teorías conspiranoicas surgen en momentos de crisis, y el ejemplo más reciente es la crisis de refugiados sirios que tratan de huir hacia Europa. Esto ha disparado conspiranoias de lo más chifladas, incluyendo pero no limitándose a una narrativa según la cual la crisis misma ha sido orquestada por los Estados Unidos por quién sabe qué malvados fines. Lo más ridículo es que esta teoría es sostenida tanto por la derecha xenofóbica europea como por la izquierda antiyanqui. Vean por ejemplo esto que sale en
Voltairenet, un conocido sitio verdadoso.
Apliquemos lo que hemos aprendido. Hay aquí
falacia teleológica: la guerra civil en Siria ocasionó una crisis de refugiados; por lo tanto, la guerra civil en Siria se provocó
para generar la crisis de refugiados. Hay también
non sequitur:
toma como prueba algunos hechos inconexos (la fotografía del niño ahogado fue probablemente escenificada para efectos dramáticos [lo cual, de paso,
no es cierto], la mayoría de los "refugiados" son emigrantes económicos y provienen de países que no están en guerra, y a un empresario alemán le urge mano de obra barata), para sacar una conclusión que no viene al caso: la OTAN provoca la crisis de refugiados.
Por supuestísimo, para explicar por qué los medios
mainstream dan esas noticias falsas y no las verdadosas, es que como ellos están en países a los que pertenece la OTAN, entonces a todos la OTAN les dice qué decir. O sea, tienen su
explicación ad hoc, que en realidad nos remite a una conspiración todavía mayor. Y claro, el culpable tiene que ser Estados Unidos y sus aliados porque... pues porque ellos son siempre los malos de todo, por eso.
En realidad la guerra civil en Siria, como todo lo importante que pasa en el mundo, tiene sus orígenes en factores diversos y complejos,
como ya hemos abordado aquí. Si
de verdad quieren saber más sobre Estado Islámico lean
aquí,
aquí y
aquí. Sobre la crisis de refugiados de Siria pueden leer
aquí,
aquí y
aquí.
Siempre, siempre, siempre, desconfíen de cualquier medio que les diga que les va a contar "la verdad que los demás ocultan". Por lo general esa verdad es sólo un delirio y los demás ni la pelan no porque quieran esconderla sino porque son demasiado serios y sensatos como para siquiera tomarla en consideración. Con esto no estoy queriendo decir que blogs, páginas de Facebook o canales de Youtube sean todos fuentes de falsedades (hola, soy Ego), ni que uno deba creer a pies juntillas todo o que viene de los medios
mainstream sólo por tener largas trayectorias y prestigio internacional. Hay blogueros y vlogueros independientes muy buenos y confiables (algunos de los enlaces anteriores llevan a blogs) y medios muy bien constituidos y diseñados con todo y sus puntocom y versiones impresas que dicen pura idiotez, amén de que hasta los medios más prestigiosos naturalmente pueden tener intereses, sesgos y parcialidades o simplemente cagarla de vez en cuando.
Digo que hay que desarrollar el pensamiento crítico y racional para detectar tonterías y mandarlas por un tubo. Después de todo, si ves que diversos medios de diferentes países reportan
grosso modo lo mismo, mientras que unos opinadores en páginas con extremismos ideológicos expresos dicen que la realidad es otra, ¿qué es más probable? ¿Que todos los primeros estén bailando al compás de un vals que les dictan los amos del mundo, mientras que oscuros individuos, que lo único que tienen de investigadores es acceso a Internet, son los únicos que dan la verdad verdadera? ¿O que simplemente alguna gente está bien pinche loca?
Lo más irónico y trágico del asunto es que muchas personas que se imaginan que el Pentágono dicta todo lo que sale en las noticias, así sea
El País,
Le Monde, la BBC o CNN, también se figuran que
Russia Today, que de hecho es propiedad de un gobierno autoritario y expansionista, y que en efecto responde a lo que se le dicta desde el mismo (es decir, un medio oficial si es que los hay), es una fuente confiable, imparcial y fidedigna que nunca nos mentiría. Así el mundo al revés.